Las tentaciones del Bartender´s

Artículo publicado en el diario "Costa Noticias" Abril 2013

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Las tentaciones del Barman

Decía la Novelista Británica Mary Anne Evans, bajo su seudónimo George Eliot, “Nadie está graduado en el arte de la vida mientras no haya sido tentado.”

En el artículo pasado hablábamos sobre el profesionalismo que debe tener el barman y destacábamos que desde la Previa, los bartender siempre tienen la misma actitud a la hora de ofrecer sus cócteles, no importando el sexo del cliente, ni la edad,  extracto socio cultural, porque justamente marcamos eso como primer detalle de un buen profesional

¿Pero porque insistimos en este punto?

Todos los bartender, saben que el alcohol (principal insumo con el que trabajamos) tiene la particularidad de desinhibir a quien lo toma. En el pasado se atribuía a las bebidas alcohólicas la facultad de despertar los espíritus interiores de las personas, provocando en estas diferentes estados emocionales con los cual en el estado de ebriedad o semi ebriedad, los seres humanos tomaban actitudes que no eran comunes en ellos sin el efecto del alcohol. 
Tal es así  que dichos sucesos llamaron la atención, al punto  que se denominó a las bebidas de más alto contenido alcohólico “Espirituosas”.

Parte de nuestro trabajo como Bartender´s, al menos de aquellos que tomamos de forma conciente el poder del alcohol, es justamente controlar la ingesta, somos los principales responsables si sucede un hecho que escape a los “normal” (accidentes, disturbios, etc) así que debemos aprender a decir “hasta aquí”. Recordemos que muchos de los clientes luego conducen sus automóviles y que en estado de ebriedad esto los transforma en una especie de “arma” al volante.
Dentro de este “poder” que parece producir el alcohol, está la actitud ética que tenga el Bartender. 
Todos los que alguna vez trabajaron detrás de la barra, saben que el Bartender, parece ser una especie de “ídolo” con el que muchos clientes consideran que  hay que “hacer amistad” o “caerle simpático/a” para que
nos pueda suministrar el alcohol.
Parte de este “acercamiento” a veces se produce con el posible poder de seducción que pueda tener el cliente con el barman, o al revés. A veces, este poder de seducción no se ejerce con la atracción sexual, sino que puede ser con la posible propina que le pueda dar el cliente al barman, o también, y dependiendo del ambiente, con los posibles beneficios si el cliente tiene algún tipo de influencia, es un ser reconocido, etc. 
Algo que también muchas veces sucede es que los clientes se despachen contando sus historias, contando sus problemas, a veces incluso temas muy íntimos, o contando historias de otros. Algunas veces esa puede ser información que alguien con baja ética podría de alguna manera utilizarla.
En la época de la unión soviética, los bartender eran casi los únicos que tenían contacto directo con extranjeros, cada frase en la conversación podía levantar sospechas bajo aquel régimen. Era tal el grado de hermetismo bajo aquel sistema que los bartender contaban con información muy valiosa, al punto de que el gobierno fijo su mira sobre ellos. Una de las medidas que adopto fue impedir aceptar propinas, como así también si el tema tomaba el rumbo de la política se procedía al arresto inmediato.

 “El Gobierno se dio cuenta de que la mayor parte de la información sobre el país salía de la boca de los camareros. ¡Qué misión tan responsable!”, dice Kudryávtsev, el primer barman soviético.

Es así que el bartender ocupa si se quiere una posición de privilegio al conocer la “magia” que puede ejercer el alcohol.

¿Entonces, cómo no caer bajo la tentación?
¿Cómo no verse atrapado bajo la mirada de esos dos ojos bonitos que nos intenten conquistar?
¿Cómo no intentar conseguir un autógrafo con ese personaje tan conocido por todos, para luego mostrarles a mis amigos?
¿Cómo no pensar en la posible propina que nos pueda terminar de “redondear” la noche?
¿Cómo no pensar en poder usufructuar de la información que llega a nuestros oídos?

Difícil de responder a estas preguntas, quizás haya que vivir las diferentes instancias, y ver que tan profesionales podemos llegar a ser. Luego habrá que esperar muchos años para que los clientes terminen por valorar nuestra ética y confíen en que nuestro trabajo siempre será el mismo, no importando quien nos venga a pedir un cóctel, sino el hecho de que alguien vino a pedirlo y que nosotros tendremos que elaborarlo con el mismo esmero, no importando quien sea dicho cliente, sino el hecho de que el mismo merece que hagamos el mejor esfuerzo, ya que de eso se trata y para eso elegimos ésta que no es otra que una de las más hermosas profesiones!!!.